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miércoles, 20 de enero de 2010

La desesperación de una madre argentina que adoptó un niño haitiano

Lo que comenta esta mujer, no me llama la atención.
Hace unos meses, un matrimonio amigo, harto de la espera y del manoseo, decidió tomar el camino de la adopción internacional, si no me equivoco, era en Rusia.
Recuerdo también, que les tomó tiempo esta decisión, porque sabiendo de antemano la cantidad de niños institucionalizados en nuestra pais a la espera de una familia, es muy dificil tomarla . A los que no transitan este camino de espera, les parece loco e irrespetuoso ir a adoptar a otro pais.
El primer comentario que aparece es: porqué no adoptás acá? Como si uno no hubiera pensado nunca o intentado nunca hacerlo...
Bueno, pero sigo. En ese entonces, no hace más de 4 meses, le comentaron que desde cancillería había una orden (esas ordenes no escritas pero que todos obedecen) de que las adopciones internacionales por parte de argentinos no cuentan con el concenso del Estado, es decir, no te van a ayudar. No estan prohibidas por escrito, pero si por debajo de la mesa.
Recuerdo su desilución, la amargura, el haber tomado esta decisión y este camino también es complicado, sinuoso, sin ayuda.
Por eso, cuando vi en TN a este mujer, me acordé de ellos, de estos dos amigos. Y ahora entrando a face, me doy cuenta que varias amigas andaban pensando lo mismo, una adopción internacional.

No encuentro la nota por TN, en la cual se explaya muchisimo mejor que en esta nota por escrito. En cuanto la encuentre o la grabe la subo, porque habla mucho más sobre los vericuetos de la adopción internacional.
Pareciera que en todos lados la adopción es algo sumamente dificil.

Les dejo la nota escrita: fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1224018&pid=8137852&toi=6258

Lo esperaba para febrero, pero el trámite se complicó por la pérdida de papeles tras el derrumbe de oficinas; ruega que la ayuden a que el chiquito salga del país; Mabel lo conoció en octubre pasado y no puede borrarse la imagen de sus ojos


Por Valeria Vera
De la Redacción de lanacion.com
vvera@lanacion.com.ar

Hace seis días que no duerme y que vive pegada al teléfono e Internet para recibir información sobre su hijo, un niño haitiano de tres años, que sobrevivió al terrible sismo. Espera que el trámite de adopción se acelere para tenerlo en sus brazos cuanto antes.

A una semana de la catástrofe, los minutos corren y el caos social desatado en el país caribeño amenaza con poner fin a su ilusión de convertirse en madre, a los 44 años.

La situación de Mabel García, cantante lírica y radicada en Corea del Sur por trabajo, es similar a la de varias familias argentinas que anhelan reencontrarse pronto con los niños que adoptaron en Haití años atrás, un proceso que hoy se ve dilatado por la pérdida de papeles y demoras en la entrega de los pasaportes a menores, luego de que las oficinas del juzgado a cargo se derrumbaran por el impacto del terremoto.

"Estoy desesperada. Mi hijo es lo único que tengo. No me importa nada más. Necesito que el gobierno argentino me provea una documentación de viaje para que pueda salir y apoyo de los cascos azules para escoltar a mi abogada cuando vaya a buscarlo al orfanato y lo lleve al aeropuerto", relata angustiada en diálogo telefónico con lanacion.com.

Ocurre que la persona encargada de firmar los permisos para salir de la isla falleció en la tragedia, y la única opción habilitada para agilizar el proceso es que el gobierno del país del que son oriundos los futuros padres sea el que gestione la documentación pendiente para completar la adopción.

Estados Unidos y Holanda comenzaron a flexibilizar el ingreso al territorio de algunos de los 380.000 niños abandonados, según cifras de Unicef.

"For his Glory, el orfanato donde se encuentra mi hijo fue saqueado y los chicos ya no están seguros", expresa entre lágrimas.

La última información que se tiene es que más de cien niños empezaban esta mañana a ser trasladados en ómnibus a la Embajada de los Estados Unidos.

En las últimas horas, Mabel pudo hablar con su hijo y algunos compañeritos por teléfono. Esperanzada, indicó que personal del orfanato se disponía a trasladar a los niños en dos ómnibus hacia la Embajada de los Estados Unidos.

"El director del hogar me dijo que tienen algo de agua y comida, pero que los más bebitos se están enfermando todos y van contagiando al resto", comenta con preocupación.

Forjar lazos. Mabel conoció a su pequeño hijo en octubre pasado cuando fue a firmar unos papeles para poder avanzar con la tramitación que inició en julio de 2008. Estuvo una semana entera con él, conociendo de cerca su vida y lugar de origen, al tiempo que se esforzaba por entender algunas palabras sueltas del creole, la principal lengua de los isleños.

Volvió a viajar en diciembre porque, teóricamente, su hijo ya tenía el pasaporte sellado por el gobierno haitiano, pero un problema administrativo de último momento cambió los planes y el niño no pudo salir. Todo indicaba que para febrero de 2010, el niño viajaría hacia la Argentina para luego comenzar una nueva etapa en Corea del Sur junto a su mamá.

Decidió entonces aprovechar esos días para fortalecer el vínculo con el pequeño y compartir más experiencias. "Nos reímos mucho. Es que es tan simpático y cariñoso. Tiene unos ojitos preciosos", dice orgullosa.

"Durante esa semana estuve ayudando en el orfanato donde viven mi hijo y otros cientos de niños. Imprimí fotos de muchas familias que esperaban en la Argentina y las puse en una pared. Dibujé un mapa de los países donde los papás aguardaban por los chicos. Estaban todos muy felices. Algunos, incluso, me preguntaban « Do you know my mom? » (¿conocés a mi mámá?), porque pensaban que yo conocía a todas las madres y les explicaba que no a todas, pero que sí hablaba con ellas porque formamos parte de un foro de argentinos en el exterior donde intercambios experiencias sobre los chicos", recuerda conmovida.

Mientras repasa su historia, cuenta que permaneció en Haití hasta las vísperas de Nochebuena, aunque reconoce que le hubiera gustado quedarse más tiempo, pero ya tenía comprado los pasajes de antemano y su familia la esperaba en Quilmes. Pasó las Fiestas rodeada de afectos y regresó a Corea del Sur un día antes de que el desastre sucumbiera a la isla.

Desesperación. "Me levanté justo cuando se había producido el terremoto en Puerto Príncipe. Acá en Corea eran las 7.40 de la mañana y allá las 17.40. Intenté llamar a Haití, pero fue imposible comunicarme. Hablé con mi abogada para ver cómo podíamos sacar rápido a mi hijo, mientras miraba por la CNN cómo levantaban cadáveres a la vuelta de la esquina del hogar donde él vive", describe.

"Enseguida empecé a recibir comunicados de la directora del asilo para avisarme que se encontraban casi todos bien y que el hogar no había sido totalmente destruido por el sismo. Una de las cuidadoras del lugar falleció y otro de los chicos está desaparecido", señala.

Su hijo está a la espera de que su situación legal se normalice para reencontrarse con su mamá.

Como otras tantas mujeres argentinas, Mabel decidió ser madre de un niño extranjero, cansada de las trabas que encontró en el país a la hora de adoptar. "Lo que resta ahora es sacar a los chicos que ya tienen un papá adoptivo y poder dar paso a que sigan adoptando a aquellos que quedaron sin familias por el terremoto", subraya.

Hoy, más que nunca, apela a que una catástrofe como la ocurrida no aniquile su deseo y pide al Gobierno que la ayude.

Solidaridad. La tragedia no sólo sacudió a quienes ya tenían en mente adoptar a un niño haitiano. También conmovió a padres que realizaban el trámite en nuestro país. "Tuve, al menos, 21 llamados de familias que estaban haciendo los trámites para adoptar en la Argentina y que se ofrecieron para adoptar a los chicos de Haíti. Me conmueve la generosidad de nuestro pueblo", dijo Juan Carr, titular de Red Solidaria, a lanacion.com.

Catorce familias que ya habían iniciado el proceso con niños haitianos también se comunicaron con Carr para buscar ayuda y saber si sus hijos estaban bien.

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