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miércoles, 29 de abril de 2009

La Angustia de vivir sin mamá


En estos días, estuve escuchando discusiones sobre la adopción.

Y yo sigo en mi postura:

mientras discutimos el tiempo pasa, todo sigue igual, y los chicos van quedando en el camino...

Yo de todas estas situaciones quiero rescatar a los "chicos" a los "futuros hijos".

La angustia de vivir sin mamá

La relación hijo-madre es mucho más que un vínculo afectivo. Por lo menos así lo demuestra la investigación realizada por la psicóloga Ana María Dubaniewicz, donde explica que un alto número de bebés que están alojados en las casas cuna sufren de angustia anaclítica.


La relación hijo-madre es mucho más que un vínculo afectivo. Por lo menos así lo demuestra la investigación realizada por la psicóloga Ana María Dubaniewicz, donde explica que un alto número de bebés que están alojados en las casas cuna sufren de angustia anaclítica.

Este tipo de patología está ligada con la separación de los padres. El hecho de que el niño, durante el primer año de vida, no tenga contacto con la madre puede causar grandes perturbaciones emocionales, ya que la privación de intercambios afectivos personalizados disminuye la posibilidad de desarrollar las expresiones mímicas, la comunicación, la comprensión de situaciones y la conciencia de sí mismo y de los otros.

En general, se presenta en la mitad del primer año y la etapa más crítica es entre los ocho y dieciocho meses. Algunos de sus síntomas más comunes son: aprensión, tristeza, llanto frecuente, pérdida de peso, rechazo del entorno, retraimiento e insomnio. Y en algunos casos, hasta puede derivar en la muerte.

“Un diez por ciento de los bebés que están en las casas cuna fallecen por depresión anaclítica. Eso se debe a que les bajan las defensas, ya que van adquiriendo infecciones intrahospitalarias, y a que no tienen contacto materno. Según la fortaleza interna que tenga el niño, puede sobrevivir y pasar la angustia del octavo mes o puede volcarse hacia adentro y dejar de alimentarse”, explica Dubaniewicz.

Fuente: http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0182/articulo.php?art=2047&ed=0187

Aclarando términos: El daño sufrido por el niño debido a la falta de su madre será proporcional al período en que transcurre esta privación afectiva o depresión anaclítica. La privación afectiva total se denomina hospitalismo o institucionalismo.

Y agrego algo más, de la misma autora:

Estar internado es:

Tener acceso al desmembramiento familiar.

Tener acceso a la segregación familiar y social.

Tener acceso a la desesperanza parental.

A las desavenencias afectivas.

Ser blanco de violencia física y psicológica por sus pares y representantes institucionales.

Tener acceso a la violencia contra los demás.

Tener acceso a la depresión, a la enfermedad, a la locura, a la ignorancia, a la desprotección, a la violación física y psíquica.

Tener frío, quedarse con hambre, orinarse de miedo.

Desear abrazos, caricias, ternura, amor, juguetes.

Desear ropa de particular y calzado como los chicos de “afuera”

Llenarse de vergüenza y culpa ante la mirada de los “grandes”.

Bajar la mirada.

Esperar el golpe.

Desear tener un hogar como los de “afuera”.

Desear tener mamá y papá como los chicos de “afuera”.

Compartir promiscuidad.

Perder su casa, su barrio, su escuela, sus amigos.

Esperar todos los fines de semana una visita o una salida.

Esperar todos los días un llamado telefónico que justifique las ausencias familiares.

Esperar en cada cara, en cada sonrisa, en cada mirada a alguien que podría quererlo.

Perder contacto con sus hermanos y primos.

Convivir con el temor de no salir nunca más.

Convivir con el temor a la fuga y sus consecuencias.

Ser discriminado y agredido y por la estatura, el color de piel y posición social por parte de los adultos cuidadores.

Odiar a los chicos que tienen.

Odiarse a sí mismo por no tener.

Convencerse a sí mismo de que está encerrado para recibir y por siempre obtener su justo merecido por su maldad interior.

Desear morir por lo que vive, por lo que ve, por lo que escucha, por que las noches y los días se alargan y se sufre.

Saber en lo profundo de su alma que nunca lo quisieron ni nunca lo van a querer.

Desear volver a la panza de mamá.

Desear no haber nacido.

Fuente:http://cablemodem.fibertel.com.ar/internacionilegaldemenores/Principal.html

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