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lunes, 25 de agosto de 2014

El éxito de la adopción depende de las características de los padres más que la de los Niños

El libro "Adopting older children" de Kadushin (1970) recoge un estudio de noventa y una familias que adoptaron niños entre cinco y doce años en cuyos antecedentes familiares había situaciones de negligencia y/o abuso. Según su investigación, aunque los niños tuvieran muchos problemas de conducta, si los padres los percibían como aceptables, la relación tenía mucha fuerza y era altamente probable que perdurasen. 

Más de treinta años después, Linda Katz defendió que el éxito en la adopción de niños con problemas psicológicos depende más de las características de los padres que de la patología de los niños

Este artículo recoge las características propias de aquellos padres que tienen éxito en la adopción de niños mayores o con problemas de conducta. Si esas familias son apoyadas con una adecuada preparación y servicios de apoyo permanente tendrán una alta tasa de éxito a pesar de la severidad de los síntomas del niño en el momento de la adopción o el acogimiento.

Esto no significa que los problemas desaparezcan, sino que los niños se incorporan a la familia, sus padres sientan fuertes lazos con ellos y pueden proveer las funciones de nutrición parental, estimulación, modelamiento, estructuración, etc., que se requieren para un crecimiento y maduración óptimos.Katz (1992) plantea las siguientes características como propias
de los padres adoptivos “exitosos”:

1. Tolerancia a la propia ambivalencia y/o a sentimientos negativos fuertes.
No se enjuician a sí mismos tan duramente por los sentimientos negativos que experimentan hacia sus hijos, sino que aceptan su inevitabilidad, dada la patología del niño.

2. Se niegan a ser rechazados por el niño y retardan las gratificaciones de las necesidades parentales.
Ven la resistencia a apegarse del niño como la expresión de un temor desesperado al contacto o a establecer una relación de confianza. Esta visión les facilita proceder adecuadamente según las necesidades del niño.

3. Tienen la habilidad de encontrar felicidad en pequeños incrementos de mejora.
No se centran únicamente en las metas finales. Han abandonado la esperanza de ser padres ideales y las expectativas de producir un niño perfecto. Se esfuerzan en ayudar a que el niño tenga éxito en las pequeñas tareas diarias.

4. Flexibilidad en el rol parental.
En el estudio realizado por Cohen 1981 (citado en Katz 1992), un factor que distinguía a los padres adoptivos de niños mayores que tenían éxito era la habilidad para percibir los signos de agotamiento extremo de su pareja –generalmente de la madre– y asumir el rol de cuidadores del niño, mientras ella se recuperaba. En las familias en las que esto no ocurría, se atribuía a la madres la incapacidad para continuar cuidando al niño con problemas. Un patrón establecido de flexibilidad de roles incrementa la probabilidad de éxito, permitiendo que uno de los padres sea aliviado de absorber toda la carga emocional.

5. Visión sistémica de la familia.
Las familias que acostumbran a mirar el sistema total para encontrar respuestas tendrán una base más rica para resolver problemas en la postadopción. Con un punto de vista sistémico, la familia puede trabajar en cambios en la conducta de los padres, roles de los parientes, prioridades familiares y otros aspectos, como la forma de manejar las reacciones de los miembros de la familia hacia los niños perturbadores.
6. Apropiación del rol.
Algunas familias son capaces de hacer la transición desde una instancia parental tentativa, a una de "propiedad" de lleno del niño adoptado en un corto tiempo, incorporando adecuadamente las diferencias del niño y su historia.

7. Actitud proactiva.

Una postura proactiva ayuda a los padres a no sentirse victimizados por el niño, cosa que sucede frecuentemente con aquellos que adoptan una postura más pasiva. Además, una actitud activa le entrega al niño un mensaje esencial: "Yo soy tu padre ahora y así es como te voy a proteger y cuidar" (Katz,1992).

8. Humor y autocuidado.
Tardes ocasionales y fines de semana lejos del niño son necesarios para mantener la fuerza de los padres y su salud física y mental. 

9. Sistema familiar abierto versus cerrado. A pesar de las habilidades básicas de la familia con un niño perturbador, será fundamental la receptividad de su sistema familiar para solicitar y aceptar ayuda. La voluntad de los padres para revelar debilidades y descorazonamiento es la clave para encontrar ayuda y plantearse nuevas soluciones

Nota mia? Yo no me puedo separar de mis hijos ni 10 minutos (acepto, soy inaguantable pobres....) El buen humor me ha salvado siempre.
Siempre acepté que el día que los conocí no estalló mi corazón, en plena vinculación más de una vez he terminado yo llorando y ellos enojados. Que también me ayudó muchisimo otras mamás adoptivas con las que ahora somos muy amigas y seguimos escuchándonos...

Link en Pdf postadopcion.org



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