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domingo, 6 de septiembre de 2009

Testimonio de una mujer chilena que da su hija en adopción

“Amaba a mi hija, pero no soportaba tenerla cerca"

Liliana tiene 36 años y decide cambiar su nombre para poder contar su historia sin posibilidades de represalias. A los 32 tuvo a su primer hijo. En ese entonces no tenía ningún tipo de apoyo de su pareja ni de su familia, sin embargo, salió adelante gracias a su empuje y también debido a que en su trabajo había una sala cuna, algo que le facilitaba bastante la vida.

Sin embargo, unos años más tarde, conoció a una nueva pareja con el cual quedó nuevamente embarazada, esta vez de una niña, la que finalmente decidió dar en adopción en mayo pasado. Este es su historia en primera persona.

“Luego de haber pasado un tiempo sola, y ya cuando mi hijo tenía dos años, encuentro a una pareja, pero al poco andar, me di cuenta que no era lo que esperaba en cuanto a alguien en quien apoyarme. Además sufrí violencia de parte de él, más sicológica que física Sin embargo, cuando ya había pasado esto, ya estaba embarazada.

No quería estar embarazada de una persona a la cual no quería, entonces decidí que iba a abortar y él me amenazó y me dijo que si yo hacía algo me iba a denunciar. Me dijo que me iba ayudar y todo, pero eso nunca pasó, después de esto nunca más supe de él”.

Sentía igual que si hubiese quedado embarazada víctima de una violación, siendo que fue producto de una relación sexual consentida. Yo, por nada del mundo, quería tener otra guagua, no quería volver a ser mamá. No quería sentir la sensación de estar embarazada, no quería pasar por el proceso. Entonces cada vez comencé a acumular más rabia, de ver que todo iba en contra.

Fue así que encontré la Fundación San José, donde me apoyaron mucho y me acogieron. Finalmente decidí que quería dar a mi hija en adopción. Desde que supe que estaba embarazada, supe que era niña, entonces eso lo hacía más terrible, porque se empezaron a abrir heridas de mi pasado, y ahí se producía todo el rechazo, aún así me cuidé durante el embarazo.


Cuando la tuve, en el hospital donde me tocó dar a luz, la recepción fue muy buena, las matronas, la asistente social fueron increíbles, me trataron mucho mejor que una mamá común y corriente.

Pero aún así lo único que veía en mi hija era la cara de él, entonces no podía, acercarme a ella, de una manera que no sentía, no podía estar cerca de ella. Aunque en el fondo, la amaba, no podía sentir un vínculo producto de todo el maltrato que recibí de parte del progenitor.

Ahora, si bien fueron amables conmigo en el hospital, no fue lo mismo con los jueces, las actuarias del Ministerio de Justicia, a quienes te tienes que enfrentar durante el proceso de adopción. Ellos sólo quieren ver lo que les dicen sus creencias. No ven todo los funcionarios y agrupaciones que están detrás de esto, como que los miran en menos, salvo cuando está involucrado el Sename, como que no quieren creer que lo que estás haciendo es convicción, sino que simplemente estás loca.

De hecho el tribunal, primero investigó en mi familia biológica para ver si alguien podía cuidar de mi hija, pero a la única que tengo es a mi mamá, que efectivamente se hubiera quedado con ella, pero no podía porque es una mujer de 71 años, por lo que no era posible.

Pero hay otros tipos de prejuicios, sobre todo de las personas que están más cerca de uno, por ejemplo, tuve que tolerar muchas humillaciones, es imposible que alguien sepa lo que estás sintiendo porque no están dentro de tu corazón. Todo lo que hice, lo hice porque necesitaba proteger a mi familia, es decir la hija que di en adopción, a mi hijo y a mí, estoy segura que si hubiese seguido adelante el proyecto de quedarme con ella, hubiésemos muerto todos juntos.

Mi mamá sabe y si bien me criticó en un inicio, después me apoyó. Mi hijo de dos años, como me vio embarazada, sabe que tiene una hermana, pero dice que luego de salir de mi guatita, sus padres la vinieron a buscar.

Esto no fue fácil para mí, y será siempre una herida que llevaré dentro, pero me siento muy tranquila con la decisión que tomé y lo volvería a hacer si fueran las mismas circunstancias. Ahora, siento que es importante que la sociedad respete la decisión de la mujer. Creo que debería bastar con que la mujer no quiera tener un hijo, pero no…. por ejemplo la sociedad hoy te impone que no te puedes operar para tener más hijos salvo que puedas cumplir con un requisito de edad, de hijos. Hay mujeres que no se sienten preparadas para enfrentar la maternidad y eso es válido independiente de la edad que tenga".

Fuente:http://www.terra.cl/zonamujer/index.cfm?id_cat=2007&id_reg=1249116&pagina=1


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